el luchador de sumo estaba encima de la mujer que apenas podía respirar
entre la compasión de las inhalaciones de su sobrepeso
el pómulo izquierdo contra el suelo tapaba el orificio de la nariz de ese mismo lado
y el colmillo bueno, el colmillo
hubiera jurado yo que esto le pasaría!
tendida sobre el piso que se anda, con un halo de llanto anterior a la conquista,
de cuando se podría haber volado pero le faltó ciencia,
de pronto su lengua es otra, universal
hubiera atinado yo, aunque sea su manga!
el luchador de sumo no hace mas que abarcarla en la totalidad de su superficie,
y ambos miran el transcurso del tiempo, un desfile con la amenaza de lo circular, infinito
lejos de ser un prometedor carrusel de escape,
es mas bien un día de una patria que la conmemora en femenino
el pasado como un ritual sin demonios, pero con mucha sangre
hubiera empujado yo misma su cuerpo al abismo!
y el luchador de sumo hubiera encontrado su cupón de descuento latiendo en mi pecho
tristemente bajo una toma así
la mujer no depende del tamaño de su luchador
ni del largo de su pasado, ni de su luna
está arruinada por el momento
entregada a una cuenta regresiva
de palitos que no se deciden a caer
y yo no hice nada
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