a la gente que se amaba se les prohibía el diálogo,
cuando enfermaba un corazón se podía latir en común,
la cadena era ancestral y su forma mas amable
a la gente que se desbordaba con otros espalda con espalda,
se la dejaba sudar las ropas hasta que la única toxina fuera el cariño confundido
a la gente que se amaba desde la insistencia del olvido
se las alejaba de sus casas de familia y una vez en territorio fértil de recuerdos,
hacían el amor en la hierba, se rellenaban de barro
no se permitía quejarse de heridas por raíces, estaba escrito
de ese modo se los podía ver algunos mediodías de excesivo calor,
rasquetear muros para hacerse fuertes, entretejer techos para futuros
en silencio
el amor humaniza a quien por defecto,
a volado desde las caderas de su madre
mordiéndose los antebrazos y besándolos,
a quien pisa breve el suelo querido profundo arraigado
pero se eleva otra vez desgarrando su peso, desgranando su afecto
el amor humaniza a quien por maldición de machete invertido
el matar ha fallado y ha quedado vivo, un hecho pasivo
y con ese filo, el que no sabe amar es un partido, para siempre
a la gente que se amaba se les prohibía el diálogo
mi niña me dice que la gente se amaba antes de la palabra
dice que no pudo callar más y expresó frases increíbles
que generaron explosiones, como danzas de rituales
mi niña dice con las manos entre las piernas como si tuviera frío, pero no,
que la gente se amaba antes que la palabra
el amor humaniza a quien por defecto,
a volado desde las caderas de su madre
mordiéndose los antebrazos y besándolos,
con las manos entre las piernas
dicen , con palabras que hace frío,
pero no