jueves, 29 de agosto de 2024

Martínez no me pide nada / intento de verso por encargo

añorando aquella alameda que no pude abordar

resucito hoy con el vino y una templanza 

para tener algo en el estómago 

con el deseo de escribir el río, Martínez


sé que no esperaba mi desafío,

sé que no me pidió que de la corriente hablara

que algo pudiera decirle mi nadadora entre orillas


pero emergí de los errores con una alegría sorprendente

con un puño en alto

y tomados de mi falda todos estos hijos

que nombré con todas las sílabas que existen

que se saben amados

se saben terrestres y se saben por mí, alados


hago pie ahora en estas aguas dulces 

me dispongo a escribir el río

solo un dedo rozando la superficie 

es el único verso que puedo, Martínez


ni más ni menos

que esa reverberancia 

que contagia 

es sonoro el verbo

es hermosa la frecuencia

se percibe el caudal

pero tengo silencio


y en ese instante del reflejo me veo sin querer escribir nada


hay una rebeldía

que deja a la naturaleza a salvo de mí


de un amor por el río


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