esa cosa que tengo
de gruñir al asomar el llanto
hace que no madure la tristeza,
y que ande el enojo en cortos
arrancando sus heridas a lo pavote
y a otra cosa mariposa,
y la agarre de las alas
(a la mariposa)
y de un beso se la coma
dirime el remedio
y amaina lo que sea
que exista en esta pradera,
se dormirán primero mis músculos
y luego quedará el aleteo
espaciando lo que siento
la distancia hará ranchos lejanos
(con lo que siento)
y seremos vecinas otra vez
que levanten la mano
en las mañanas,
de puerta a puerta
(sin vernos verguenza ni culpa ni exceso)
y esa cosa que tengo
de gruñir al asomar el llanto,
dejará salir la perra pubertad a jugar
y ordene yo, con mi alegría de campiña
(o llorando si así creciera)
un poco este hogar
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