la gente no enloquece porque sí
por capricho de aforar desarraigos
ni por reparto de los astros
no se enloquece porque sí
se narra por mandato en todos los idiomas
lo que está a punto de perderse para siempre
y en ese afán todos saben
cómo viste la cordura
Troya ardió pero siempre es presente
y a mi Comisura triste la quiero en pasado
(algo no puede ser un sitio pero comisura es un lugar)
la gente no enloquece porque si
atina a perpetuarse en grandes cosas
y las grandes cosas son bien pequeñas,
como esto que tengo acá,
y por pequeñas, indefensas
frente al bestial deseo
de perpetuarse
es que se puede oír
como llora un capullo
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