no tuve un cuchillo en la mano
apretado el mango demasiado pequeño,
cortando parte de mi robusta carne
de la palma bien alimentada
hallé los nervios reunidos a la ira
y ahí nomás los maté a los dos
como una niña de mucha plaza
duermo ahora sobre algunos pedazos de inocencia
que aún no fueron arrancados
no tuve un cuchillo en la mano
apretado el mango
pero parece que sí lo hice
No hay comentarios:
Publicar un comentario