libérese en mí la seducción
despéguese el color de mis ojos del acoso maestro
de la melancólica entrenadora de cuerpos
arréstese la conquista ejercida sobre mis muslos
y retírese la causa sobre mi sonrisa
apártese el miedo del placer y viceversa
que así,
no puedo
ubíquese la piel en el espacio
y la respiración en el tiempo
sepárese con cuidado
delicadeza y amor
el impulso aquel
el amparo desquiciado del refugio y del hambre
apártese la anfetamina de las victorias
la alegría de la ansiedad
que la línea de llegada sea un borde
un récord de abrazo posible
que lo olímpico solo sea dios
adjudíquese la resistencia
a la vida lugar y ocio
que todo este nado dictamine
alguna vez en su ley,
las de ganar
sencillamente algo
fíltrese la culpa
del cariño buscado
emancípese así en el deseo de encontrarse
de pronto, sintiendo
y sea el podio un árbol
donde descanse la espalda
seduzcase, en una orden amorosa
todo lo que pase
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