desgarro las vestiduras que aforan mi alma
y no me quejo porque se oye
desaforarse en el corazón:
latir hacia un lado fuertemente // con posibilidad de refractar el sentir compasivo
las arterias en la escena
protagonizando el verdadero guión
aquí y ahora
derraman gestos sobre gratitudes y desvelos
abatares y desgracias
zapateos y súplicas
una comedia desmedida
como llorar por cosquillas
hasta que el telón nos haga dormir
una obra escrita para un público escondido
que mira de reojo, acostumbrado al terror
(estoy en la fila siete al centro)
el veneno es de mentira
la utilería del beso y la vida encandilada
ese fresnel
que hace creer en todo
aforo entonces
hasta que se me pase
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