sábado, 20 de junio de 2020

sin filas

díganle que estoy bien
que estoy en la trinchera
defendiendo la identidad del pavo
junto a todas mis impertinencias
mis desobediencias
los balcones heridos
mis zapatillas rotas
mis alergias y escupidas

tranquilicen su Gran Madre,
que estoy a la altura de las balas adultas
con un escudo que me tapa todo
lo que aún no desarrollé,
el espacio donde brotará una mujer nueva
(lo soñé entre bombas pero ahora tengo mucho polvo
para recordar las tintas, otras que no sean de pólvora)

háganle saber mi composición
que destilo sudor todavía
y que amo oler la tierra húmeda en su mezcla
(esto me distrae seguido en el combate, pero las aves como yo,
no sabemos las cosas hasta que aletea la primer consecuencia,
un escándalo previo al vuelo)
que llevo inmadura la corteza
pero uní los parietales con estopa

que estoy viva
que vengo a ser
que entre tanto ruido
los tímpanos se hicieron cavernas
(caverna a caverna, cientos de moros por cada una)

necesito saber que lleva la calma
para asegurarme el tazón caliente
en mi regreso a casa

todo el resto puedo imaginarlo
y esa es la ventaja sobre la guerra a esta edad
haberme ido antes de terminada mi religión
fresca aún, con la princesa absolutamente dormida
sin miras de saberse en la existencia,
soñando que amedrenta cada tinaja
como si todo fuera
objeto vivo de provocación

entre tenerme
y escaparme

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