Se estaba yendo
y como siempre
evitando tironearlo de la manga
lo llamó
"¿Amor?"
"¿Que?"
"Nada, nada..."
Abrazaron sus oídos
el aire tibio
tranqulizaba oir la presencia
aunque estuviera abriendo la puerta
con un miedo religioso paramos el auto en la ruta a esa hora en la que suele aparecer el diablo, recién bañado con dinero para gastar en cos...
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