como quien ataja la lluvia
en la palma, y asegura saber
de qué se trata,
escribí acerca del amor
con ambas manos,
y cuando me enamoré
no supe más, leer
mi lengua
no pude más, entender
mi letra ni mi música
amanecí en una hermosa casa
humilde y de aberturas cuánticas,
con vista a un bosque
lleno de especies nuevas
de aromas fuertes
poemas han sido
algunas marcas en mi cuerpo
un cariño bien dispuesto
el índice sobre superficies con polvo
dibujando signos de existencia
y pintando impulsos como telones, al parpadear
(jeroglíficos dice la ciencia)
anduve, mas que nada,
desnuda
como quien bebe el vino
y asegura las uvas,
escribí acerca del amor
con ambas manos,
y cuando me enamoré
entonces, se convirtieron en cartas
de inmigrantes, exagerados y melancólicos
encerradas en el mismo buzón
olvidadas,
que cosa?
no sé, esas cartas con los amantes, sus miradas,
sus despechos, sus paseos, los abrazos
y todas sus razones
las cosas todas que antes escribia
mientras de la tierra yo,
latiendo sin idioma
me salía de la piel
para profesarme afuera
para rezarme
para medir menos que el rosario
(por dios)
robar una estrella
y zapatear al mismo tiempo,
define por desbocado
mi lenguaje (cuerpo),
y lo siento mucho
pero ahora que no supe
y también sé
(soy acuática)
me demoro un poco,
porque apenas salgo
primero, esquivo capillas
y oraciones,
tomo remedios
y clases
me tanteo el cuerpo
y conservo la distancia a la luna,
creo
voy a salir buena
(mi niña)
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