no llegábamos a dos enteros
cuando colmamos la plaza
tu expresión asustada me divisó
entre la multitud que yo era
y el frío y tu falta estiraron mis articulaciones
por mis huesos andan embarcándose ahora
con las banderas de mi piel tostada
los que me llenan de sueño
para poder llevarlos
no llegué tarde al encuentro
del tiempo que yo era
1 comentario:
El poeta nombra la falta con la transparencia del deseo y la totalidad con la misma inconstancia con que cuenta los segundos. La multitud que los comunes somos y no sabemos, la memoria que cargamos sin pasión, y el miedo de ser siempre uno, así, meramente uno. Sin relevancia ni placer.
Saludo LetiiiI, tu voz y tu palabra. Su indagación de lo que no sabremos nunca
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