domingo, 1 de septiembre de 2013

La ley al dormir dice que con que alguno de los dos humanos suelte al animal ya están libres

Te aventajo tanto durmiendo
para olvidar lo que soñamos
que ando poco trabajando
Pero ya te digo, vos tranquilo
esto es cuestión de sueño

Que macana
que no hayamos visto
dos en un burro
Ahora nos turnamos
para cuidar el animal
que no animamos andar:
un rato lo montás pretendido
y tres tardes yo le apuesto
manzanas cerca de la boca

Pero ya te digo, vos tranquilo
esto es cuestión de sueño

Hasta que el burro
se despierte en mi siesta
y reclame su parte
con toda su dentadura
como una bandera
La justicia, cuando duermo,
es un equilibrio natural
un idioma inventado en el café
de las mañanas razonables

Le indicaré sus tiempos
aún sembrados en la hierba
Le diré que vos estás
siempre despierto, y por eso
es desierto el encuentro

Y entre toda esa arena que vuele
lo abrazaré tan fuerte,
transpirando libertad por los poros
y por las plantas de los pies
(formaciones de lagunas en despedidas
así, han revolucionado paisajes áridos
en otras épocas, no veo porqué)
Con la felicidad de lo previo al galope
(antes voy a soñarle a todos sus amigos:
los voy a sostener en la viñeta que está
sobre mi cama, suspendida en el aire,
y a la cuenta de burro date vuelta
pisarán suave para su sorpresa)

No le devolvamos nada
si nunca tuvimos sus cosas
Recuperemos nuestras patas
yo sentiré las mías
en el medio del desierto

Pero ya te digo, vos tranquilo
esto es cuestión de sueño
y no me debes nada por eso 




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