¿Que suerte nos elige
para no viajar juntos
y abrazados, con la respiración
empañando nuestros ojos?
La inteligencia de ir en silencio
recorriendo de memoria
hasta chocar con lo nuevo
inesperado paquete en el piso
pata rara de la mesa
nos volvemos astutos
en el vértice de un cuarto
todo mojado de llorar
Recién ahí abrimos el pecho
para quitarnos el abrigo
por una pequeña molestia
y llenos de casualidad
nos consideramos perdidostan beneficiados por la razón
matemáticos en la sangre
con sudor frío
Ya no tengo voz
para pedirte
que mates mi cabeza
estoy ocupada
en continuar respirando:
entra el aire o te doy un beso
No hay comentarios:
Publicar un comentario