
le pedí por favor que no me suelte
pero yo ese día tenía mucha fuerza
y pedaleaba tan fuerte
le pedí por favor que no deje de gritarme
porque me gustaba oir su voz en la velocidad
atravesada por el viento
pero tan fuerte pedaleaba que lo perdí...
sentí un empujón (el úlitmo)
envión
y supe que tenía que levantar aún más velocidad
lloré y arrojé lágrimas hacía atrás
donde estaba él, cada vez más pequeño y mojado... en el piso, mirándome (para él también pequeña cada vez)
luego miré mis pies a toda prisa
y miré el cielo
mis pies y el cielo, una y otra vez
la brisa me alegraba
miré hacia atrás y sonreí
tanto, tanto, tanto
seguramente allá había quedado él y las rueditas
Gracias
1 comentario:
Publicar un comentario