martes, 14 de abril de 2009

Suspiro


le pedí por favor que no me suelte

pero yo ese día tenía mucha fuerza

y pedaleaba tan fuerte


le pedí por favor que no deje de gritarme

porque me gustaba oir su voz en la velocidad

atravesada por el viento


pero tan fuerte pedaleaba que lo perdí...


sentí un empujón (el úlitmo)

envión

y supe que tenía que levantar aún más velocidad

lloré y arrojé lágrimas hacía atrás

donde estaba él, cada vez más pequeño y mojado... en el piso, mirándome (para él también pequeña cada vez)


luego miré mis pies a toda prisa

y miré el cielo

mis pies y el cielo, una y otra vez


la brisa me alegraba

miré hacia atrás y sonreí

tanto, tanto, tanto


seguramente allá había quedado él y las rueditas


Gracias

1 comentario:

Anónimo dijo...
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