miércoles, 29 de abril de 2009

prioridad, urgencia... y lo que se pueda

Ah, bueno...
Al llegar a casa, Loreley se encontrò que no tenìa luz. Primero, retò a cada uno de sus hijos varones que su vida junto a Máximo les había regalado, hace unos años atrás, donde a pesar del calor se podía tomar agua.
Comprobó, encendiendo cada lámpara de la casa, que todas se habían quemado.
Luego todo le que hizo fue casi correcto:
antes que se vaya el último rayito de luz natural, encendió siete velas, que distribuyó en los diferentes ambientes lejos de cortinas voladoras y de papeles inquietos
Mientras tanto calzaba a los niños y decía cosas como: será posible!!! Porqué así, de golpe!!! Porqué a mí!!!! buaaaaaaaaaaaa (lloraba contenidamente, lo que pasa es que no se contener el "bua" sin agregar sonido. Proximamente irà el audio de mi relato)
Los niños calmos frente a la inestabilidad de su madre y a la oscuridad reinante, en el molde como vulgarmente se dice, escuchaban las indicaiones de su madre:
vamos a ir a comprar lamparitas, se han quemado todas juntas, estamos a oscuras, no puedo prepararles la cena, no puedo leer, no puedo saber si debo comprar algo...
uno de los niños, el del medio le dijo que le parecìa raro, pero no pudo terminar su pensamiento porque la madre lo apurò para salir, para caminar más rápido, para crecer de golpe en una situación donde solo hay que ser adultos.
Caminaron un largo rato porque necesitaba casi diez lamparitas y el almacén de la esquina solo tenía tres, así que debió completar la compra en otros comercios.

Al regresar a su casa, Loreley llorò sin saber el motivo, ya abriendo la puerta sus lágrimas caían sin parar, casi era un arroyo de cachete.

Al parecer, observó que toda la cuadra estaba sin luz.

Ella se diò cuenta que a veces sucede que la prioridad impulsiva lleva a una doble fatiga

hay una segunda parte de Loreley, pero ahora no tngo tiempo

No hay comentarios:

parte del hábito

                                                                                                                  a la hermana Bety         ...