tiré todo lo que había sobre la mesa
empujé la silla hacia atrás poniéndome de pié
con todo el entorno borrado ahorrando en traumas
le giré a la mesa varias vueltas chasqueando la vajilla
con las suelas de mis zapatos (la porcelana es fría)
una música y varias patinadas me llevaron a rezar contra la pared
de rodillas y cuajo, el rosario en la frente apareció
despojado de saber
y antes de borrarme la piel
el llanto, que es una capa húmeda,
me encerró en la condición que tengo
entre latido y latido
entre latido y latido
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