viernes, 24 de junio de 2016

el lado derecho de la cama me arrolla
sobre un charco de sueños sudados
acurrucados en olvidos, en digestión,
temerosos de mi vigilia, caída libre,
la mano ciega sobre la mesa de luz
desordena el presente en un tanteo

el lado derecho de la cama me avala
en el recuerdo de tu cuerpo neto en sábanas robadas
está chamuscada la fruta al final de la colina
cerca de la orilla del río, en el que cada despertar,
hundo mis pies, dulce y posible pantano

abro los ojos y me siento, en el lado derecho de la cama / clavo una rodilla primero en posición de largada / finjo ver el horizonte hacia el otro lado y corro / trastabillo varias veces y enredados mis pies en las figuras de las telas, en los arbustos crecidos de tus sueños, me levanto / le hablo al aire con el acento que uso en los viajes largos, donde el viento llena la boca / paso noches transversales, con el aplomo del peso muerto / y corro más /

me alejo todo lo posible:
dos antebrazos y una mano




1 comentario:

Jorge Curinao dijo...

Te sigo leyendo, Leticia. Hermosa tu poesía. Saludos.

parte del hábito

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