la misma ráfaga que voltea mi cabeza
el hilo que frunce este rostro desparejo
entre lo que el sol encandila
la escasez de pestañas y los nervios
la espalda que cubre mi pecho
con este pedazo de tela
que me anda chingando hace rato
la cadera, espera del baile,
al pié de un valle de pasos
en eje forzado a los diez y diez
del suelo mis pies, veamos
no son y media todavía
no son y media todavía
no sé que tenía yo
cuando usted me vió
en mi vientre el vértigo
la verguenza y un par de lentejas
que germinadas dos niñas
la luna y la luna
un centenar de aniversarios
de cada vena encendida
entre festejos y despilfarros
de sangre bendita en ironía
arremetiendo en cada subida
bombea, Corazón y Tranquilo
los hombros unidos a lo constante
los hombros unidos a lo constante
no sé que tenía yo
cuando usted me vió
tuve las muñecas rotadas
y los ojos perdidos de verlas girar
flotando en el río
metida en una goma de camión
ví pasar Potenciales
y una serpiente camuflada en un camalote
equivalente en la matemática infancia,
a cientos de ellas pasando a cada rato
dios! y las que pasarían cuando dormía
y soñaba un mundo sin reptiles!
llevaba la flor en la oreja y un lápiz ahí mismo
el olor de los trajes sin estrenar de todos los hombres
la suavidad de las telas peinando mi piel
tenía la música entre las piernas mientras corría
y con las manos me empujaba en el viento
un examen en el aire sin apuntes,
un examen en el aire sin apuntes,
hombre siempre empezó con hache
silencio
cuando usted me vió
yo tenía todo
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