¡Esa cocina, esa cocina!
La lucha por igualarlo
la llevó a cocinar en guerra
a combatir entre alimentos
a defenderse con ollas
Y es que no tenía que ser un cuartel
a lo sumo refugio de aroma y amor,
pero nunca esa soberbia
para llenarle la boca de pastas
y de gritos las orejas
El sexo fue una cuchara
y albergó en su vientre
tantos bollos,
convencida de la medida
de sus ojos
Atrincherada espera
ganar comiendo,
la batalla
Y es que no tenía que ser un cuartel
a lo sumo refugio de aroma y amor,
pero nunca esa queja
para agotar el alma
y llorar el pan
1 comentario:
como siempre. muy bueno. lindo cambio en el blog. un color que te sienta. abrazote.nati
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