sábado, 30 de agosto de 2008

Frutillita

Tentador día de sol, frutillas grandes y frescas (frescas por el día)
En un parque maravilloso lleno de verde y poca caca de perro.
Frutillas grandes y coloradas, tan irreales como las tarjetas de crédito.
Me intoxiqué.
No resistí la tentación de comer las frutillas y me intoxiqué.
Al sol, me llevé a la boca, primero una frutilla, y luego otra y otra y otra… obviamente además de llevarlas a la boca las tragaba, si no, se hubieran acumulado una tras otra en mi cavidad bucal. Quizás de esa manera no me intoxicaba, pues las habría escupido al pasto al quedarme sin aire.

Fiebre, dolor de cabeza, diarrea. Diarrea, dolor de cabeza, fiebre. Fiebre, diarrea, dolor de cabeza… En la cama mi cuarto daba vueltas y mi cuerpo estaba centrifugado a las sábanas. El baño parecía ya mi lugar favorito. Mis alimentos perdían tiempo en la heladera. En el pasaje de mi casa, nadie más sabía que allí dentro estaba yo, intoxicada.

Cuando él se enteró de mi estado de salud se fastidió, y con la voz entrecortada le dije:
Bueno, vos te intoxicás con la Visa y la American, yo lo hago con una frutilla envenenada.
Sí, como la manzana de Blancanieves, pero con mucha menos producción, hoy se puede causar el mismo efecto.

La frutilla es una fruta rastrera y como se arrastra se ensucia… Y no nos gusta la suciedad!!! Por eso le ponemos tanto insecticida, veneno para los "comefrutillas", matabicho bolita venenosos, RexonaPlus, y cuanto cosa en aerosol encontremos.
Al mismo tiempo, la fruta es rociada con productos que las ayudan a crecer como una Barbie y aparentar ser más bellas que de costumbre. Entonces la costumbre es otra:

Hoy una frutilla me atrae cuando la veo brillar desde la esquina, tan luminosa como un planeta.

Y así no resistí la tentación de comerla, como Adán Y Eva, pero en este caso he pasado desapercibida y para suerte de todos, la maldición ha sido exclusiva

Entonces comenzaron las idas y venidas del hospital y una médica anesteciada (o intoxicada)a domicilio que me recetó antibióticos para la tos, antibióticos para el intestino grueso y me indicó un análisis para detectar la fiebre reumática.
La fruta fermentó y yo escarmenté.
Nunca más me comeré una uva en la verdulería mientras espero el pedido.

Entendí que el mundo evoluciona tanto que dentro de poco comeremos las frutas de los bazares: aperentes de brillo y tamaño.
Comeremos una naturaleza muerta al óleo porque eso será lo que nos apetezca...
Y ese día estaremos caminando sobre campos de cesped sintético
sembrando canutillos.

O.k, me equivoqué

viernes, 29 de agosto de 2008

El amor todo lo puede, el amor


El otro día llegué a decirle: "el amor es como una planta, si no la regás... se muere".
Sí, eso le dije.
Arrojé la frase en el contexto de una suceción interminable de reclamos y se produjo un gran silencio. No, no es para reirse.

Ninguno de los dos nos reimos, y esto tal vez sea una señal. No digo un aviso de la llegada de extraterrestres, sino una señal de que algo está cambiando.
Esas palabras que para mí suenan como chupar un limón e intentar reír al mismo tiempo, las estaba emitiendo sin poder frenar.
Por supuesto, luego de ".... se muere" él continuó hablando, pero yo me había quedado en la planta y la regadera, ni siquiera en la lluvia.
Pensé en lo dificil que es echarse agua el uno al otro sin terminar ahogados.
Después me critiqué, de arriba a abajo, hasta mi voz había quedado resonando en el espacio igualita a la de Bucay.
Creo que la discución terminó cuando me encontré cansada, hablando nuevamente y viendo que sus ojos se cerraban.

Ya en la cama, reflexionaba acerca del amor. Me preguntaba si existe una planta que no se cuide y viva igual... y luego me pregunté para que tener una planta si no la quiero cuidar. Después afirmé la frase que había dicho, sin imaginarme en un programa de televisión. Luego ya montando el caparazón de un caracol pensaba en las abundantes lluvias. Mas tarde me operaban sobre una mesa de ping pong y me quitaban todas las raíces que no me dejaban despegar... bueno, creo que ya me había dormido.

sábado, 23 de agosto de 2008

Muzza Inspiradora a la Piedra

Hoy vino la Musa Inspiradora y en lugar de tomar su jugo, la invité a tomar el té. Aceptó porque noera en saquito y sin responder escuchó todas mis preguntas.
¿Porqué venís cuando menos te espero, cuando no tengo sed y no pienso en beber nada?
¿Que campana toco cuando creo necesitarte?
¿Cómo aprendo a esperarte sin ansiedad, sin llenar el espacio en blanco con el primer adorno queencuentre?
¿Cómo puedo, frente a tu ausencia, dejar de buscar en el fondo de mi jardín seco, las semillas que quiero ver crecer?
¿Porqué venís cuando estoy con gente?
¿Te parece bonito que me coma las uñas o se me queme el arróz por estar detrás de la puerta?
¿Para qué me soplás en el colectivo lleno de personas de mal humor?
Ella terminó su té y se fué.
Siempre su presencia es breve. Nunca dura más que la cuarta parte de una sesión de análisis, y esta vez ha resultado Lacaniana...
Musa se fué y dejó su taza en la mesa.
A los pocos minutos llegó él, y me preguntó con quien había estado, quien había compartido un té conmigo (mi cerebro le agrégó: quien carajos se animó a compartir un te con vos)
Como noté un dejo de celos en su pregunta, le dije:
Si me preguntas con quien tomé el té
responderé que no lo sé
para que aún más celos te dé
El me dijo: ok, otra vez armaste la escena de las dos tazas de te sobre la mesa... por lo menos esta vez no se embriagaron.

No importa, se me ocurrió un relato nuevo

viernes, 1 de agosto de 2008

Mamá!! No quiero ser un ñoqui


Mamá, tengo miedo de ser un prolijo sachet de leche
acomodado en mi forma, con todo mi contenido en los pies
pasarme siete horas del día con el termo en la oficina
y ver a la gente enfocada en la mira y decir:

[porque las personas me molestan, me hacen preguntas, me quieren tocar, me quieren robar, me desordenas las medialunas, me interrumpen mi charla con mi compañero, me bajan la radio. Porque la gente no hace la cola, me miran el culo, no doblan a la derecha cuando les digo y no van para atrás. Porque son todos unos personajes que pretenden que el Estado les brinde la vida servida en bandeja, como mi desayuno con mantelito bordado, y eso no es posible. Porque todos dicen que mi mostrador es de todos y es mío!!! Cada día de los productivos días, donde el sol sale iluminando los campos y alimentando la vida, yo toco la madera de mi mostrador y la luz del tubo de la oficina hace notar mis jóvenes arrugas...]


Mamá, tengo miedo de ser un ñoqui
tengo miedo de municipalizar mi vida
de cumplir con lo mínimo que cada vez es menos
de ser funcional a un sistema que no funciona
de llegar a casa siempre al mismo horario y con el mismo regalito
Que bonito, que lindo, querés un mate?

Y al día siguiente, otra vez a la misma hora
sentarme y amoldar mi figura a un sachet de leche
un envase que atiende al público, al vecino, al ciudadano
que le responde entre líquidas informaciones
y que si razona demasiado, la capacidad del sachet no resiste y explota
Explota y ensucia a todos, los salpica
y sucede que la extensa cola que hicieron para el trámite no les sirve para nada, y deben volver a sus casasa cambiarse...

y todo por mi duda de municipalizar respuestas
Para que pensar si tengo las respuestas en una grilla?

Mamá, tengo miedo, nada más
porque encima, tengo poco puntaje!


(siempre lo tuyo, mi ajeno)

que manía de robarnos todo ir a buscar y que no esté esperar sobre el enfado a que llegue y exigirle mi cosa retarse en un hermoso duelo  ha...