martes, 4 de marzo de 2008

Yoly, el muro y la crisis


Yoly llegó al Muro. Enorme, de piedra, grueso, alto, ancho, de punta a punta, y todo. Un muro.
Yoly tenía que derribarlo y por supuesto no tenía más que sus puños con sus huesos. Tenía huesos en todo su cuerpo pero estaba acostumbrada a usar las manos.. No contaba con otras herramientas.
Pensaba en derribarlo como única posibilidad pero en verdad, podría atravesarlo.

¿Porqué Yoly se había encaprichado en pasar el muro en ese preciso momento?
Tal vez, porque de lo contrario, debía volver, y según ella, venían siguiendo sus pasos cientos de recuerdos armados. Persecución que había empezado hace tiempo.

Estaba mirando a Yoly, mientras bebía una copa de vino semi recostada en una reposera en el borde de la piscina, y llegué a la conclusión: Yoly estaba en crisis.
Y la imaginé dejando sus puños, atravesando el muro con todo su cuerpo sin que se rompiera.
De aquel lado la ví sonriente y victoriosa
No sé si Yoly sabía que había del otro lado, pero sabía que no quería seguir allí.

Yoly comenzó a pegar contra el muro una y otra vez.
Situación por demás lastimosa en todo sentido.
Así que dejé de observar.

¿A quien perseguía Yoly? Seguramente había varios muros detrás de aquel muro.

Yoly llegó al Muro. Enorme, de piedra, grueso, alto, ancho, de punta a punta, y todo. Un muro.Yoly tenía que derrivarlo y por supuesto no tenía más que sus puños con sus huesos. Tenía huesos en todo su cuerpo pero estaba acostumbrada a usar las manos.. No contaba con otras herramientas.

¿Porqué llegó al Muro sin nada?

Porque es como en los juegos de mesa en los que hay un recorrido que realizar y en el transcurso de aquel tenés que ir consiguiendo objetos en el camino que de pronto pensás: "para que me sirve la moneda de oro, la llave gigante y el palo sagrado? a ver...."
... Y mientras jugás solo querés llegar porque resulta que tampoco querés llegar último y te parece que conseguir esas cosas es pérdida de tiempo. Entonces no las tomás. Y cuando llegás al final resulta que tenés que comerte la moneda de oro, abrir la puerta mágica con la llave gigante y conquistar el mundo con el palo sagrado.
Si no, nada.
Si no, como Yoly, te quedás rebotando en el final, que no es un "GAME OVER", sino, un espacio vacío antes de la siguiente etapa.

Mientras terminaba la copa de vino pensé en la crisis de Yoly, en el muro, en la posibilidad de traspasarlo, en el frío que iba a tener al meterme en el agua, en el último tramo engañoso y en la tremenda sombra velóz de los recuerdos... que te apuran, te apuran y no te dejan agarrar las herramientas en el camino.
Splash!


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