lunes, 10 de diciembre de 2007

se dice que una niña se volaba como un globo y se dice que una mujer intenta sostener otro con firmeza entre sus manos



Así que una niña se volaba a cada rato por un fuerte viento. Por suerte la agarraba siempre la misma vecina al verla pasar volando por la ventana de su departamento. La tiraba para adentro, de un brazo a veces, otras veces de una pierna, la bañaba, la peinaba y la perfumaba. La sentaba frente a los dibujitos animados y los miraba con ella. Mas tarde, ya entrada la noche, su mamá la pasaba a buscar y la tironeaba hasta su casa, balbuceando palabras de disgusto, porque no entendía como aún no tenía el peso suficiente.

No era la niña, era el viento.
No era la vecina, era el destino.
El lugar que escoge una hoja para dejar
de volar.
El sitio en el que reposa la mariposa.


Tal vez, lo extraño en todo esto, no sea ni una hoja ni una mariposa

Sin embargo cada viento fuerte le volaba el cabello y le abría la boca, tan pero tan grande, que sentía casi la mandíbula partida. Al principio se agarraba fuerte del gato, quien astutamente se soltaba, entonces se sostenía de la manija de la puerta de su cuarto. Fuerte, fuerte, fuerte y otra vez se soltaba. El intento por sostenerse y salir victoriosa frente al fuerte viento, la lastimaba, y creo que ya al final de la resistencia, se soltaba orgullosa sabiendo que venía la mejor parte:

La parte en la que imaginaba ser un globo.

Una niña que vuela puede parecer un globo.
Una mujer que vuela es difícil de imaginar. En todo caso puede parecer alguna alucinación causada por alguna droga, un vestuario con relleno, una visón extraña, un grupo de bolsas arrojadas a la calle y a su suerte, un cartel desprendido, etc… en fin, cualquier cosa, menos un globo.


Una niña que vuela puede imaginar ser un globo.Una mujer que vuela no puede imaginar ser un globo. Tal vez crea en algún ataque terrorista, en alguna mala jugada del destino, en alguna tarea que quedó pendiente.


Lo cierto que es que un buen día en el que el viento continuaba muy fuerte, la vecina se mudó y la niña creció. También su peso aumentó y entonces ya no tenía que sostenerse del gato ni necesitó agarrar la manija de su cuarto para no volarse.


No se sabe que ocurrió primero, si la mudanza de la vecina o su crecimiento.
Sí se sabe que ya no vuela.
Desde su ventana observa algunos globos pasar y los agarra inmediatamente, pero siempre son simplemente globos.
A veces se detiene en el medio de un parque, abre sus brazos y siente la brisa suave que la atraviesa y siente su cuerpo lleno de aire sobre la tierra.
Señal de que ya no se vuela.
Señal de que no olvida.

Mientras tanto yo, camino intentando sostener una goma rellena de aire y atada con un hilo…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

otra vez me vole?

ann dijo...

hermoooosoooooooooooooooooooo

parte del hábito

                                                                                                                  a la hermana Bety         ...